Fin de semana completamente alejado de dramas.

Respirar aire “limpio” en un país completamente contaminado, que irónico ¿no crees?
Empezare por contar o narrar parte de mi enigmática pero muy relajante salida.
Comenzamos en el camino Rumorosa-Mexicali sin aire acondicionado a finales de mayo, es prácticamente peor que un pino en agosto.
Rumorosa, y la pequeña sorpresita de que ahora cobran un peso más en la cuota. Como dice el buen Felipe Ferra Gómez, alias “el Ferras”; NO HAY PEDO LOS PAGO, en este caso estamos hablando del famoso peso que le subieron a la cuota de la carretera.
Siguiente destino: Tecate, Baja California.
Es extraño como ese “tramo” Rumorosa-Hongo es tan bello, realmente lo es y trae un millón de recuerdos a mi mente. Como por ejemplo la primera vez que vi nieve. Si, aunque digan que la nieve del Hongo no cuenta. Claro que cuenta, viene siendo nieve aquí y en China. Pero bueno, continuo porque esa parte ni la sentí.
Llegamos a Tecate y con la gran fortuna de que por donde se vendía “traila” no había absolutamente nada de fila para cruzar a Estados Unidos buscando encontrar nuestro mayor y principal destino… Chula Vista.
Al cruzar nos topamos con un hermoso cambio de clima. SI, un muro hace diferencia aunque no lo crean. Y voila un LAGO, el famosísimo “lago de los ricos” y mi hermano y yo como de costumbre mal tripeamos a todo lo que da el lindo laguito. Pura envidia de la buena.
En fin, continuamos y como siempre recordamos aquella vez en la que fuimos a un concierto y casi morimos en el camino de Tecate a SD, a toda persona que se sube en nuestro automóvil y viaja con nosotros hacia ese rumbo le contamos LA MISMA HISTORIA. Así que si quieres escucharla… pues adelante, siempre hay espacio en nuestro automóvil.
Llegamos y la estancia ahí fue muy amena. Al día siguiente asistimos a Tijuana. Tendría un millón y medio de comentarios que hacer sobre Tijuana pero prefiero ahorrármelos.
Sólo puedo decir que… realmente ME CAGA Tijuana.
Al día siguiente, en nuestro viaje de regreso note que realmente me encariño con las carreteras. Algo tienen, algo provocan en mi que simplemente me enamoran.
Dentro de toda la locura que me rodeaba, las lagrimas, los gritos, las discusiones, las risas, el mal tripeo, las criticas… encontré paz.
Y eso de encontrar paz es lo que más me gusta en el mundo.
Simplemente sentí que me desprendí de ti, me deslinde de toda presión y ahora me siento completamente bien.
Los viajes siempre ayudan a pensar y a extrañar.
Explote casi al máximo la pequeña capacidad de mi cerebro y escarbe hasta el fondo de mi corazón para encontrar un montón de cosas que ahora tengo conmigo.
Y no, no sé que es lo que quiero y jamás lo sabré. No me presiones, en la vida no hay prisas y como dice una persona muy importante que conozco… “no tiempo y no espacio”.
Si vas a morir de cáncer cerebral… me avisas.
En fin, esa tranquilidad… esos momentos sin dramas fueron de los mejores momentos de mi vida.
Así que me despido de ti, continuo con mi vida, me adentro a muchas mentes, viajo, aprendo, pienso, analizo y soy feliz.
Y esa es prácticamente mi parcial aspiración.